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¿Qué hacemos con los banners?

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Fuente:ProyectoCartele.com

Los banners están fracasando como una forma de comunicación para las organizaciones. Hay varios motivos para explicar su derrota, pero yo quiero hacer hincapié en uno que todavía puede darle sobrevida o bien puede ser embrión de nuevos formatos con más suerte: la paupérrima creatividad de quienes los piensan y materializan.

En líneas generales, si dejamos en manos de los empresarios y ejecutivos la elección y redacción de temas a comunicar en gacetillas a los medios, harán una selección aburrida y terminarán en la papelera de los mails de los periodistas. Ese mismo es el motivo que lleva al fracaso a los banners: que la mayoría de las empresas creen que lo que tienen para contar en sus banners es interesante, y no tienen la humildad -ni la apertura mental- para darse cuenta que los temas que a ellos les parecen importantes suelen ser aburridos para la audiencia. Esto es una obvia generalización, hay honrosas excepciones 🙂

Podemos ver algunos banners que instan a quienes lo ven a “entrar al sitio”, de quien se promociona, sin que se explique para qué. Hay miles de ejemplos más, casi uno por banner. Esa mirada equivocada es la que ha consagrado a los banners como esa imagen que invade o le quita lugar al contenido que el lector quiere acceder. ¿Cómo cambiar eso? Si los banners se propusieran agregar información a los visitantes de los sitios web, tal vez lograran llamar la atención. Si lograran agregarle valor a los navegantes, la historia seguramente sería otra.

Ahora bien: ¿cómo agregarle valor a un usuario desde un banner de 468 por 60 píxels? Tal vez pensando como en las redes sociales: en ofrecer contenido para una comunidad, y no intentando vender primero un producto a quien, aún cuando le interese lo que ofrece el anunciante, siente que no tiene la suficiente información como para entrar a un sitio que agresivamente quiere venderle.

Una forma en que los medios pueden ayudar a que eso cambie es ayudar, orientar, guiar a los anunciantes con sus comunicaciones. Algo similar a lo que hizo Wired en los noventa: participar de la comunicación de las empresas para pensar y materializar los avisos de su revista. ¿Algún medio o blog podrá intentar eso? Como lector, ¿te interesaría más un banner que en lugar de decir “Entra al sitio de purificadores de agua”, dijera “Cinco aspectos a considerar para purificar el agua corriente”?

 

Con Falopa, también cualquier boludo tiene blog

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Falopa es legal. Y hasta puedo difundir dónde dar con ella sin cometer delito. Es que Falopa es un conjunto de músicos que hace una fusión de géneros porteños: milongas, zambas, chacareras, tangos, cumbias o vals, según enumera su cantante, el periodista, editor, guionista, poeta y cantante Pablo Marchetti, un amigo personal con quien la vida siempre me permite re encuentros, a veces planificados, otros más accidentales, como cuando aparecimos en la misma aula de TEA, sin coordinación previa. Pablo -para los amigos el Pelado- es también director de la revista Barcelona, que cada 15 días cuando la compro me trae reminiscencias de cuando en TEA esos mismos compañeros que hoy hacen la revista comentaban las noticias con una ironía similar.

Las letras de Falopa son del Pelado, y en particular una de ellas me pareció genial, y una versión “muy mejorada” del exabrupto de Feinmann. Se llama “Autobombo”.

No me mandés gacetillas
Ya sé que el martes tocás
Está bueno, pero hartás
Las cosas son más sencillas
Sin tanta prensa amarilla
Disfrazada de importante
Ni la gente bien pensante
Tiene tanta tolerancia
Para saciar esas ansias
De tus musas relevantes.

No me interesa saber
Si te hicieron una nota
No me rompás las pelotas
Ni me des a conocer
Tu fecundo proceder
Combina llagas y dedos
Pues yo no quiero ni puedo
Escuchar tus opiniones
Si me embolan tus canciones
No quiero olerte los pedos.

Sincero y de corazón
Te lo digo face to face
Cinco sitios en my space
Es una exageración
El silencio es una opción
De artistas, y no pequeños
Reflexioná, fruncí el ceño
Pará de soplar smog
Cualquier boludo abre un blog
Vos, con cuatro, ¿sos un genio?

Expresarse está muy bien
Es tan derecho y humano
Pero aflojá un poco, hermano,
Curtí un estilo más zen
Dejá pasar algún tren
No la chamuyés de artista
A cualquier gil lo entrevistan
Te lo digo y no lo dudo
Porque hasta el más pelotudo
Escribe en una revista.

Falopa tocará los sábados 1, 8, 22 y 29 de agosto en MU, Punto de Encuentro, Hipólito Yrigoyen 1440, Ciudad de Buenos Aires.

Ver MU, Punto de encuentro en el mapa.

Integran Conjunto Falopa:
Federico Marquestó: guitarra, guitarra slide, guitarrón, composición, arreglos, dirección musical
Francisco Huici: guitarra, guitarrón, charango, laúd, mandolina
Gustavo Carretino: guitarrón, guitarra
Juan Spolidoro: guitarra
Pablo Marchetti: voz, palabras, composición.

Un descuento como premio

Destapo a menudo Cocas ligths. Y desde hace varias semanas veo en las tapas naranjas una promoción que me resultaba una novedad: ahora hay descuentos por compras en distintos lugares.

La campaña comercial de Coca Cola explica un poco la idea: todas las tapas tienen premio. Hay un departamento amoblado, interesantes dispositivos tecnológicos, y bajando en el costo de los premios, la publicidad cierra con la idea que cada tapa tiene una recompensa. Ahora la eterna pregunta es si un descuento en una compra es un premio.

Hace algunos años en un programa de radio donde sorteábamos premios para los oyentes, un comercio pretendía dar una descuento como recompensa. Nunca lo dimos. La idea de un premio es que te llevás algo, sin pagar, que no estás comprando, que nadie te obliga a adquirir nada. Lo que puede ser un descuento -en todo caso- es un paliativo. Nada más.

Coca Cola, a través de la estrategia que le armaron sus proveedores de marketing, lo que prentende con esta campaña es dar un giro a las remanidas campañas con millones de no-premios: Siga participando, fue la frase que hicieron famosa y que el público convirtió en un mensaje de burla hacia los perdedores.

¿Comenzará una nueva etapa de descuentos como premios? Si es así, anotenme con un 15 % sobre pauta publicitaria, quien me paute tendrá ese descuento 😉

Buenas prácticas en Relaciones Públicas

Desde hace algunas semanas, junto con algunos colegas especializados en tecnología estamos haciendo el blog Mesa de Ayuda, que tiene la intención de crear un espacio para el debate del trabajo entre agencias de presa, relacionistas públicos y periodistas. Desde lo cotidiano de nuestro trabajo ofrecemos la visión individual de cada uno sobre qué cosas son las que no se hacen bien desde la comunicación corporativa, y recibimos el feedback de los integrantes de agencias y ejecutivos de prensa de empresas.

Este blog tiene la particularidad -que no muchos tienen, casi ninguno diría- que los comentarios son tan interesantes como los post mismos. Puede seguír los post vía RSS desde acá, y los comentarios desde este otro link.

Cualquiera es periodista…

Telefónica acaba de demostrar que no entiende lo que es el periodismo. O que lo entiende muy bien y le importa poco. El portal de la telefónica, Terra, anunció el lanzamiento de “Soy Reportero“, un blog donde los usuarios pueden crear las noticias.

Dice la información distribuida -justamente- a los medios: “El nuevo blog de Terra surge como un nuevo medio para que los usuarios puedan crear sus propias noticias de interés ciudadano.”

El blog viene funcionando desde abril, ya hay varias “noticias” subidas. En todo el blog no aparecen alusiones a qué es el periodismo, las normas y buenas prácticas que lo guían. Sólo se ofrece a la gente el lugar para que suban información. Este blog se inscribe en la línea de “TN y La Gente” y “Soy corresponsal”, de La Nación, donde los ciudadanos pueden enviar información para publicarla. Se trata de una retroalimentación del lector típica de los días 2.0 que se vive en Internet, donde los medios grandes logran sacar su tajada. Y no deja de ser un aspecto democrático lograr que quien recibe un medio pueda llegar a verse reflejado en él. Pero la sensación de que cualquiera es periodista, está al alcance de la mano. Así, la sensación de que hacer periodismo es fácil y que las normas éticas y de conducta profesional no existe, son alimentadas tanto por los propios medios como por las empresas de entretenimiento que obtienen beneficios sin medir las consecuencias.

La Web no tiene recuadros

Estaba buscando una vieja nota publicada en mi medio, y cuando la estaba leyendo, bajo y veo una separación, y más texto abajo…
Esa fue la forma en que se nos ocurrió, hace algunos años ya, resolver lo que un periodista había enviado como “recuadro”, adjunto a la “nota principal”.
Recuerdo cuando lo recibi, que amagué una aclaración, que no llegó a destino. Me quedé con el asunto, y lo resolví de una forma que hoy no haría.
Muchas veces los periodistas tenemos en la mente la forma de trabajo de la gráfica, y a quienes estuvimos tiempo escribiendo para diarios y/o revistas, nos costó más acomodarnos a que internet no es la gráfica, ni se trata de buscar la forma de mostrar lo que se hace en gráfica.
Lamentablemente esa situación se resolverá negativamente para varios colegas. No ahora, ni mañana, pero todo marcha hacia un lugar tan lejano de la vieja manera de hacer periodismo, que casi será desconocido para quien congele hoy la foto del periodismo y la mire 30 años adelante.

¡No entiendo!

Leo en Microsiervos una interesante nota revival sobre el rescate de un buque de carga que comenzó a hundirse en 2002, en el canal de la Mancha. En una de las oraciones, el redactor escribe:
“El rescate del buque se inició en 2003 y se prolongó durante
casi dos años, dándose por concluido en octubre del año siguiente.”

¿Cómo puede un procedimiento que dura “casi dos años” comenzar en 2003 y finalizar en 2004? ¡¡¡Que alguien me lo explique por favorr!!!

PD: De paso, digo: el tag en que fue colocada esa nota es “Mundo real”. ¿Acaso Microsiervos considera que Google, You Tube, Microsoft, los blogs, los medios online, y hasta Second Life incluso no forman parte del “mundo real”?

Gallo x 2

Captures de ambos sitios, Darío a la izquierda, Julián a la derecha.

Conocí a Julián Gallo hace tantos años que no teníamos problemas en saber dónde iba el guión cuando escribíamos un teléfono, ni si había que dar el celular diciendo “quince-cuatro” y luego el resto, o “quince”, y a continuación el número. Es más: había muy pocos celulares en la calle, creo que eran épocas del famoso Movicom ladrillo. No recuerdo bien quién era la persona en común, pero creo que para mi era años previos a vivir del periodismo, donde me las rebuscaba arreglando computadoras y haciendo alarde del uso del Page Maker, el Corel y el incipiente Quarx para PC.

No conozco, en cambio, a
Darío Gallo, más que por haberlo leído y saber de su existencia como periodisa, editor y más recientemente como bloger.

Reencontré a Julián -luego de su creación y desvinculación de Clarín Digital– como candidato a los premios Telefé Cortos, y me alegró mucho que su talento sea reconocido.

De Darío, leí hoy una mención a mi vinoteca online, que se comenta en el post anterior.

Desconozco si tienen parentezco entre sí, pero ambos tienen en común que son blogers, y que en ambos blogs encuentro a menudo información, pero también muchos comentarios que hacen a mi formación. Dicen cosas que te dejan pensando, y eso está bueno, y no se encuentra a menudo.

Metete en el de Julián

Leete el de Darío

El cazador cazado

Imagen del blog de Darío Gallo donde menciona a Fresco y Batata y a mi emprendimiento de vinos.
Hoy tuve una experiencia en pequeño de lo que deben sentir la gente que cobra fama de la noche a la mañana. Abrí Bloc de periodista, blog del editor ejecutivo de Noticias, Darío Gallo, para referenciar uno de sus posts, y mientras escroleaba, detuve el movimiento porque había creído ver una palabra que me era familiar. Efectivamente, Sr.Sommelier era citado en un comentario de ayer.

Fue extraño verme citado por un colega desconocido, porque hasta ahora las pocas menciones que tuve fueron provocadas, pedidas a amigos en otros medios, y no me causaban sorpresa. Esta, en cambio, era un comentario voluntario de Gallo.

No debería llamarme la atención, pero la sensación fue extraña, porque siendo periodista me encontraba sorprendido por la propia lógica de los medios, el blogging en este caso.

Vale la pena visitar periódicamente el blog de Gallo, pero eso lo cuento -y lo duplco- en otro post.
¡Gracias Darío!