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Stairway to Heaven en piano, violín y contrabajo

Se podría hacer una web completa con distintas versiones de Stairway to Heaven, la gran creación de Led Zeppelin, y ninguna se parecería a la otra. Superar a la original será absolutamente imposible, pero versiones como la que hizo el australiano Benaud Trio conmueven.

Siempre que me encuentro con un cover de Stariway, lo mido a partir de cómo interpretan el solo. Porque el tema es bastante “tranquilo” hasta esa parte, pero ahí te hierve la sangre. Y si quien toca el tema no lo trasmite así, es porque no lo entendió. Por eso, no se pierdan cómo la interpretan luego del solo, minuto 3:40.

El día de Cassandra Wilson

CASSANDRA WILSON Hoy, jueves 21 de mayo es el día elegido para el segundo show de Cassandra Wilson, el primero que me tocará ver en vivo después de varios intentos fallidos en otras ciudades donde se presentó.
Lo primero que impacta en la música de Cassandra es su voz grave, pese a lo cual puede lograr interpretaciones muy cálidas, como las del disco

New Moon Daughter, que fue mi puerta de entrada a su música. Se puede decir que canta jazz, pero la realidad es que su estilo no es clasificable, ni siquiera en la fusión o el free jazz.

Todo el talento de Cassandra se puede apreciar en los covers que realiza: dearma los temas y les vuelve a dar vida. Con cada canción de otros que selecciona para tocar ella hace el ritual de volver a componerla. Queda la letra y el espíritu del tema. Se puede aprecer en Love is blidness, de U2, y en Fragile, de Sting.

En unas horas Cassandra se presenta por segunda vez -anoche fue la primera- en Buenos Aires, en el Gran Rex. Viene después de Loverly, que es un lindo disco, tal vez no el que más me conmovió, pero igualmente es un lujo tener a una artista de su talla en la ciudad. ¡Y todavía quedan entradas!

Les dejo Haverst Moon, el gran tema del increíble Neil Young en una versión conmovedora, un informe antes de la salida de Loverly y la discografía. Ah, y también la timeline de Cassandra en Twitter, para recibir comentarios, fotos, lo que se comente de ella, en vivo.

Discografía
1985: Songbook JMT
1985: Point of View JMT
1987: Days Aweigh Winter & Winter
1988: Blue Skies JMT
1989: Jumpworld JMT
1990: She Who Weeps JMT
1991: Live Polygram
1991: After the Beginning Again Polygram
1992: Dance to the Drums Again DIW/Columbia
1993: Blue Light Til Dawn Blue Note
1995: New Moon Daughter Blue Note
1998: Blue Moon Rendezvous EMI
1999: Traveling Miles Blue Note
2002: Belly of the Sun Blue Note
2002: Sings Standars
2003: Glamoured Blue Note
2006: Thunderbird Blue Note
2008: Loverly Blue Note

Gracias, Mario

008benedetti

Mi Poeta (A Mario Benedetti)
por Desde mi Noray

Llora el firmamento,
se han apagado las estrellas
en esta larga noche negra,
hasta el canto de los grillos
se ha detenido en el tiempo
y ya no alumbran las luciérnagas.

Allí, en el sur del mundo,
justo en el centro de mi corazón,
llora mi alma desolada
en esta larga noche negra,
se me ha muerto el Maestro,
mi amigo, mi luz, mi Poeta.

Y, desde ese el mismo blog, otra poesía para cuando la humanidad pierde parte de su poesía.

Cuando muere un poeta
se quiebra el lenguaje,
lloran las palabras
y los silencios tiemblan,
mueren estrellas
en el fondo de la noche
y sangra la luna
sobre un lecho de seda.

Cuando muere un poeta
se recoge el mar
y las caracolas se lamentan
de puro dolor
porque con el alma del poeta,
en su firme mano
y en su corazón agotado,
muere la belleza.

Cuando muere un poeta
se abre el abismo,
y el zumbido del vértigo
se escucha en el silencio,
que se vuelve infinito
en los delicados pétalos
de un jacinto adolescente
que comienza a florecer. *

* Poesía dedicada in memorian al poeta JOSÉ MARÍA PINILLA

La tapa de Olé y las reglas del periodismo en épocas de Internet

2009-05-12_205805La tapa del diario Olé de hoy quedará en la historia: el matutino deportivo tomó como real una bandera con críticas a la dirigencia de River que nunca existió en el Monumental, en el partido que el domingo pasado el equipo de Núñez jugó contra Lanús, donde sí hubo varios banderas con otras inscripciones contra los jugadores del equipo.


En el programa de TyC Sports “Estudio Fútbol” uno de los capos de Olé, Leo Farinella, fue el primero en comenzar a aceptar la verdad, que por la tarde en la Web el diario reconoció: que la bandera no existió.

En el video de arriba, Farinella cita “el poder inescrupuloso de Internet”, lo cual puede considerarse como un intento por acusar a alguien de errores que acepta. Internet no tiene más poder que el que los editores le otorgan. Debe ser tomada como un medio más para los periodistas, que deben cheequear lo que encuentran por esa vía. Y aunque Farinella diga que lo chequearon, evidentemente no lo hicieron bien.

Pero más allá de la secuencia, el tema plantea un debate en el que hace unos días me metí un poco apresuradamente y sin contextualizar, lo cual generó algunos pedidos de aclaración que espero haber contestado una y otra vez: de fondo hay un debate pendiente para los medios periodísticos tradicionales sobre el chequeo de la información vs. la rapidez en proporcionarla.

Por un lado a veces los medios reciben críticas por no llegar a tiempo con la información, pero por otro el cuestionamiento es a la veracidad de los datos que publican. La realidad, es que no se puede tirar de una sin perder la otra, es la misma soga que permitirá ganar de un lado en detrimentro del otro. El equilibrio de ser rápido para confirmar una información y sacarla antes que los demás es sumamente complicado, mucho más en las redacciones con mano de obra barata -mal paga- a costa del nivel de sus recursos

En el caso puntual de los errores señalados a un medio, el blogger Elías Notario dice que “los periodistas usan en muchas ocasiones la red como única fuente de información”. ¿Acaso se puede usar otra fuente para chequear una frase atrbuida al protagonista de una nota, que ha fallecido? No me digan que la opción es ir a la hemeroteca a leer toneladas de biografías hasta confirmarlo, porque es disparatado. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Queremos a los medios más ágiles o más precisos?

Con la exigencia de mayor celeridad, con la presión de los nuevos medios y formas de comunicación (blogs, Twitter), con los medios desesperados por no perder protagonismo, con una generación de periodistas que no entienden de qué va Internet y la tecnología en general -y la sub utilizan-, en los próximos años veremos multiplicarse errores como el citado, antes que reducirse. Todo indica que la larga transición hasta nadie sabe donde tendrá en el camion errores memorables de los medios tradicionales.

Juan José Millás: “Una sociedad que escribe mal no puede pensar bien”

Juan José Millás en la Feria del Libro de Buenos Aires
Juan José Millás en la 35° Feria del Libro de Buenos Aires

Ayer me di uno de los grandes gustos de mi vida: conocer a Juan José Millás, el escritor español que desde hace más de 10 años me deslumbra con sus escritos, en cualquiera de sus formatos. Millás estuvo en la 35ra. Feria del Libro de Buenos Aires, para presentar su nuevo libro, “Los objetos nos llaman”, que editó Seix-Barral, y que ya tengo firmado gracias al oportuno regalo de Irene.

Millás es escritor y además periodista, es columnista del diario El País, donde sus textos funden un relato que te encamina hacia la ficción pero luego termina anclándote en la actualidad, con lo cual se lo considera creador de ese nuevo género: el arti-cuento, una mezcla de artículo periodístico con cuento.

Un aspecto que el escritor abordó es el efecto contrario que puede causar el hecho de que todas las figuras de la autoridad para los adolescentes digan que leer es positivo. “Hasta el ministro del Interior dice que leer es bueno. Entonces, algo en lo cual padres, profesores y políticos coinciden en destacar como positivo probablemente tenga efecto negativo en los jóvenes. Si yo fuera adolescente tal vez no leería tanto y me inclinaría por los videojuegos, que sí causan miedo en los padres, docentes y ministros”.

Millás, fue muy bien llevado por la periodista de Noticias Mónica Lopez Ocón, quien le hizo preguntas para disparar algunas respuestas muy creativas de Millás:

  • “Los sueños se cumplen, tal  vez no en quien lo soñó sino en otra persona, pero siempre que hay un sueño, alguien lo cumple”.
  • “Uno lee para aumentar los desacuerdos con el mundo, no para buscar consenso.”
  • “Las mejores cosas de la vida son gratuitas: escribir una novela sin esfuerzo es una de las mejores cosas que me han ocurrido”.
Italo pregunta a Juan José Millás
Mi pregunta a Juan José Millás

Sobre el final me animé a hacerle una pregunta. Hace unos años Millás contó en una entrevista que intentó chatear y al escribir bien, con acentos y puntuaciones, lo trataron de psicópata. Le pregunté entonces por su relación con la tecnología, y si había experimentado algún cambio en su trabajo gracias a las nuevas herramientas. Millás contestó que era temprano para saber qué cambios habría, pero que el tema más preocupante es cómo está cambiando la escritura. “Hasta qué punto la tecnología contribuye al deteriorio de la escritura es una pregunta que tenemos que hacernos, porque una sociedad que escribe mal no puede pensar bien, es imposible escribir mal y pensar bien, para pensar bien tienes que escribir bien también”. El audio con su respuesta completa dura menos de 3 minutos y se puede escuchar acá.

Por último les dejo el video del momento en el cual me firmó mi ejemplar, y pude decirle que lo admiro. Gracias también a Irene por grabar esto 😉 (Sepan disculpar la calidad, pero eran lo que permitían grabar los celulares de 2009.

Feliz Día de la Tierra

El próximo sábado se celebra el Día de la Tierra por segundo año consecutivo con un festival que tendrá lugar en la Plaza Naciones Unidas, la que está en Libertador y Austria, en la ciudad de Buenos Aires. Me enteré del evento al buscar en Last FM un grupo de Lisandro Aristimuño, quien no lo tenía cuando lo busqué pero que ya se lo crearon 🙂

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El Día de la Tierra se celebra desde 1970, como una forma de promover la vida sustentable, es decir vivir de manera que permita el progreso social y económico pero sin deteriorar los bienes naturales, sino más bien permitiendo su conservación y evolución. Me entero incluso que se celebra ese día aún antes de que el término sustentable fuera creado.

La cuestión es que el sábado 25 de abril podremos escuchar y ver además de al genial Lisandro Aristimuño a Montecarlo, Imperio Diablo y Ballet Amerindia, Fanfarrón, Coiffeur, Martín Buscaglia y sus Bochamakers, Momentos Sagrados, Axel Krygier, Nairobi y Los Natas.

Además de música habrá actividades al aire libre, comida orgánica, yoga, teatro, talleres ambientales, cine, un abrazo a la tierra y otras actividades y exposiciones de distintas ONGs.

La cita, entonces, es a partir de lsa 13 hs, y seguramente terminará bien tarde, con una lista tan larga de artistas. Si vas, no veremos.

Radiohead está sobrevalorado

Esto escribí y pensaba en marzo de 2009:

Uy, se van a enojar muchos. Pero no me importa. Me parece que hay tanta pobreza musical en la actualidad, que ante una aparición que supera el promedio todo el ecosistema musical se rinde rápidamente. Escuché mucho de Radiohead, y no me atrae. No me convence, no me llama, soy indiferente a lo que hacen. Cuando comparo su efecto con otras cosas que escucho, hay un abismo entre ellos y efectos como el de Zeppelin, Spinetta o el mismísmo Jeff Buckley, a quien algunos ven comparable con Tom Yorke. Señores, si creen eso, es que no escucharon bien a alguno de los dos.

Ah, y ojo que no soy el único que piensa así. Me respalta un muchacho mayor que Yorke que yo, y sin dudas más talentoso que vos, que yo y que Yorke: Robert Plant la tiene clara. No jodamos.

Y esto no quiere decir que si disfrutaste del show que dieron en Buenos Aires anoche a mi me moleste. Es más: me alegra que hayas estado vos para disfrutarlo, porque yo no lo hubiera hecho.

Agregado de enero de 2023: Me encanta Radiohead. Qué flojito resulté.

Que el periodismo no pierda los modales

Leí una entrevista a Candido Cannavò, editor de La Gazzetta dello Sport, que me deja con sensaciones cruzadas: por un lado, qué lejos me siento de frases como “mi mujer me recuerda cada día, cada día, que mi familia es La Gazzetta y que después, muy después, vienen ella y los míos”. Pero por otro, el diálogo con el enviado de Berlusconi es genial:

–Siendo director de La Gazzetta, ¿le llamó alguna vez Silvio Berlusconi, entre otras cosas, dueño del Milan?
–Una vez, solo una vez. Y no fue Silvio Berlusconi: fue Adriano Galliani, administrador delegado del AC Milan. “Señor Cannavò –me dijo–, le llamo en nombre del presidente para pedirle un favor: debe usted relevar al periodista que cubre la información diaria del Milan”.

–¿Y usted qué le contestó?
–Simplemente, le dije: “Por supuesto que le voy a hacer un favor, un gran favor: me voy a olvidar de esta llamada”. Nunca más volvió a llamarme.

La entrevista completa, aquí.

Via: Centro de Estudios de Medios

Ketchum, FedEx: aprender modales y tecnología

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El ejecutivo de Ketchum James Andrews también debe pensar que con 140 caracteres (o menos) se puede cambiar el mundo. O -al menos- su vida inmediata. James tuvo la idea de compartir a través de su Twitter su sensación de la ciudad en que se encontraba, vistando a FedEx, cliente de la agencia de PR, que no era muy benévola (twitt no borrado al momento de escribir este post) para Memphis:

Estoy en uno de esos lugares donde uno se rasca la cabeza y piensa: ‘Si tuviese que vivir aquí me moriría!

A James lo siguen empleados a FedEx, y el comentario no tardó en llegar a los diferentes VPs directores y todo el Management del departamento de Comunicaciones de FedEx, que reaccionaron molestos con el comentario del empleado de Ketchum, tal como relata en detalle Pablo en Unblogged.

Me parece que estamos en presencia de dos errores, no uno. Hay un mal uso de la tecnología, eso es indudable. Pero para poder entenderlo, antes es necesario reflexionar sobre lo que para mi es el primer error, anterior a la tecnología: se trata, si se quiere, de una cuestión de modales. Cuando hay que decir algo no positivo de alguien, lugar o persona, algunos mortales lo pensamos dos veces. Y mucho más debería hacerlo un relacionista público. Es, entonces, algo que con o sin tecnología se cuida: hacer una crítica que pueda herir a algún conocido.

La tecnología entra a jugar tanto por la facilidad para hacer público ese comentario como para potenciar su llegada. ¿Cuántas veces pensamos algo que no compartimos de inmediato, y luego, con el tiempo, confirmamos que ese pensamiento no saldrá al mundo exterior?  Tener un celular a mano hace que de la cabeza -plano íntimo- a la publicación -espacio público- haya segundos, y muchas veces ni barreras. No pensar qué información hay detrás de lo que compartimos, es un grave error que con la tecnología actual se potencia.

Adicionalmente, hay que considerar que la palabra escrita no es lo mismo que la oral: el mensaje es el mismo pero las implicancias cambian. La palabra escrita está fija, muerta, no permite ampliar ni aclarar. En persona, además de la oportunidad de entrar en detalles, la presencia de la persona hace que el comentario no se tan frío como leer una expresión escrita.

Con el ejercicio que hago el estar con mi Twitter cada día, llegué a la conclusión que hay cosas que puedo decir oralmente a un grupo de gente sin problemas, pero que no necesariamente esa misma frase es tuiteable. No se trata de pruritos ni puritanismos: es simplemente una cuestión de contexto, que mis acompañantes tendrán al escucharme, pero no necesariamente al leerme. Creo que esta situación bien puede aplicar a lo que le pasó a James.

Público, privado, íntimo: tres planos de privacidad para usar bien Internet

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Fuente: Galería de J.F. Marrero en Flickr
Este planteo lo escuché hace muchos años, y no viene del mundo de Internet ni de la tecnología, sino de la psicología. La idea radica en que existen tres planos de sucesos: el público, el privado y el íntimo. El primero, lógicamente atañe a todo lo que ocurre y se desarrolla en ambientes a los que todo el mundo tiene acceso. El privado, en cambio, ya corresponde a aquellas cosas que quedan para un grupo de elegidos. El íntimo es sin dudas tan claro como el primero: sólo es propiedad de quienes producen un acto o quienes son compartidos del mismo.
¿A qué viene todo esto? Los sucesos son información. Periodísticos o no, son acontecimientos que ocurren y que pueden ver la luz pública, incluidos los actos íntimos, según quien sea su protagonista. Hay varias tesis al respecto, donde de las que pude leer sobresale la de Carlos Soria, el español gran experto en medios de comunicación.

Más allá de ese debate, tener presente siempre las líneas que dividen imaginariamente a esos tres ámbitos puede ser fundamental para comunicar de manera adecuada. Cada vez que esos tres planos se cruzan, se mezclan, se enredan, los límites de la privacidad comienzan a desdibujarse. En las redes sociales eso se potencia, porque cada error público está expuesto a mucha más gente que la que participa de una reunión pública, por caso. Aún quienes no pudieron asistir a esa reunión pueden tener acceso a datos íntimos o privados, erróneamente volcados allí.

Y la culpa no es de Internet ni de la tecnología, sino de quienes comparten allí esa información. Culpar a la gran cantidad de herramientas que hay disponibles es pretender eximirse de la responsabilidad innata de preservar los datos propios que deben quedar bajo resguardo.

Si cuento por teléfono que cometí un delito, no voy a culpar a la telefónica por descubrirme. Sin embargo, la gran cantidad de herramientas tecnológicas disponibles hace que muchas características sean ajenas a los usuarios avanzados. Una noche, avanzada, descubrí a una amiga escuchando cadena de temas musicales del mismo artista.  Le mandé un mail y se sintió invadida. Sin embargo, yo no había cometido ninguna transgresión: sólo había mirado su perfil de Last Fm.

Si todos tuviéramos en cuenta los tres planos de la privacidad al momento de usar la tecnología, tendríamos menos confusiones. Si tengo un diálogo privado o íntimo con mi pareja a través de medios públicos -Twitter abierto, Facebook, blogs-, estoy ofreciendo a todos la posibilidad a que opinen sobre el tema. Alpiste.

Si los comentarios no eran para que terceros se enteren u opinen, ese diálogo debe cursarse por mail o msn. No por Twitter ni por el muro de Facebook. Si, en cambio, comentamos una noticia, algo que pensamos, que sí queremos compartir, esas tecnologías son ideales.

Por momentos me sentí escribiendo obviedades en este post, sí. Pero me remito a la pregunta de una amiga que quiso saber cuántas veces había visto en Internet enredos de este tipo. Y la verdad, es que muchas veces en los últimos tiempos.