¿Comunicación es periodismo?

Estaba en el restaurant-bar Andén, de Santa Fe y Arévalo, desgrabando unas entrevistas luego de ver ganar con lo justo a mi River, así que me concentraba con mis auriculares en entender algunas traductoras de voz bajita, mientras en la mesa delante mía tres muchachos de 25 a 30 años leían grupalmente y ocasionalmente debatían apuntes en mesa. En alguno de mis altos, o cambios de grabación, escuché frases sueltas. Pero más que el contenido, notaba que había un gran apego a las frases de los libros. Parecían seguir una ciencia más exacta que empírica.

¿Derecho? Tuve la certeza que eran estudiantes de derecho, algo demorados en terminar su carrera por algún factor extraño. Seguí con mis notas. En un momento, escucho que aluden al periodismo. Casualidad. Y seguí con lo mio.

Cuando terminé una nota y las desgrabaciones del día habían sido suficientes, me desconcentré y puse más atención en lo que decían mis compañeros de bar. Efectivamente, hablaban del periodismo. Estaban estudiando alguna materia de Comunicación, muy probablemente. Escuché frases como “el periodismo de investigación enriquece el debate” o cosas similares. Jamás sabré si estudiaban Comunicación o una materia del tema dentro de otra carrera. Pero no pude dejar de pensar en el abismo que separan a la teoría de la práctica, más en materia de periodismo, que no deja de ser oficio, que el negocio convirtió en carrera universitaria. Porque si miramos los resultados, no puede decirse que la necesidad de profesionalizar a ese oficio fue lo que instó a los claustros a sumar esa temática: hoy en día las mejores prácticas del periodismo siguen estando más en manos de viejos conocedores del oficio, formados incluso por fuera de la educación formal, antes que por los egresados de insignes universidades.

Pagué, dejé una propina acorde al 10 por ciento por que siempre vuelvo al Andén. Y me preguntaba si esos tres colegas de sitio dentro de algunos meses o años serán periodistas. No lo se, solo espero que no se choquen con la realidad duramente, o mejor: que no terminen trabajando en empresas que bastardean al periodismo al utilizarlo como herramienta para hacer marketing. No porque sea indigno trabajar de eso, sino porque quedarán atrofiados de por vida.

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