En la presentación del libro Periodismo de Calidad: Debates y Desafíos que se realizó en la Feria del Libro, el profesor de la Universidad Nacional de Quilmes Martín Becerra se refirió tangencialmente al periodismo de una sola fuente. El debate derivó en temas coyunturales del periodismo de la mano de los primeros cuatro expositores, y Becerra debió desechar su discurso preparado previamente. Así fue como en un momento aludió a que está proliferando el periodismo monofuente, donde una voz constituye una noticia. Si bien aclaró que hay casos de periodismo distinto, de investigación, Becerra consideró que cada vez más el debate se centra en una batería de declaraciones de un lado y del otro.
La verdad es que cuando escuché eso, sentí que no se trataba solo de un mal relacionado con el nicho en el cual me muevo. Igual que cuando escuché a Jorge Guinzburg en diálogo con Carlos Ulanovsky decir que cada vez más le hacían entrevistas telefónicas, y que eso hacía que se perdieran muchas cosas, que el cronista tenga muchos menos elementos de la emoción del protagonista.
Tener una sola fuente tiene muchos riesgos. Además de la evidente falta de contrastes, el cronista corre también el riesgo de aceptar la lectura y la visión de un solo protagonista, cuando otras visiones no sólo enriquecen la información, sino que complementan el marco que se le da a los contenidos. En este sentido, el mundo blog, la inmediatez de internet, obliga a responder de manera rápida, y eso necesariamente va en contra de la profundidad, de la investigación y de la posibilidad de sumar diferentes fuentes.
Hay nichos donde la monofuente es casi obligada. En el periodismo de temas relacionados con empresas (tecnología, finanzas, banca, telcos, petróleo, diferentes actividades económicas), muchas noticias tienen un sujeto simple, con un sólo protagonista. Lo imprescindible en esos casos es chequear lo que dice el vocero, o no olvidarse de poner comillas antes afirmaciones personales. Me ha pasado de encontrar nuevos periodistas que toman la gacetilla sin tomar distancia de lo que dicen. Lo que pregunto en esos casos es: “¿Vos podés dar fe de esto, podés asegurar que esto es así? Porque lo decís vos…”